Antonio de la Torre obtuvo una
nominación al Goya como mejor actor por su papel protagonista en este film.
Aunque no lo ganó, queda la incertidumbre en el público acerca de esta película
tan poco promocionada en su estreno, en comparación con sus competidoras en los
Goya.
QUÉ CUENTA: Carlos parece un hombre normal. Saluda a sus vecinos al pasar y ama su trabajo en la sastrería. Tan sólo esconde un gran secreto: mata mujeres que desconoce para después comérselas. El problema llega cuando una nueva vecina llega al edificio y se muestra muy interesada en conocerlo.
La película no sobrepasa el límite
de lo inesperado. Con su narración lenta y sus largos silencios el espectador corre
el riesgo de desprenderse emocionalmente de la narración y esté más pendiente
del reloj. Aunque los actores funcionan correctamente frente a la pantalla, no
consiguen despuntar, ni siquiera Antonio de la Torre, quien puede dar mucho más
de sí.
Si bien un par de escenas
consiguen poner en tensión al espectador, el resto de la película resulta
extremadamente exasperante por su inagotable tranquilidad. Ni su bella fotografía,
ni los sus mensajes religioso-morales consiguen salvar el mensaje final,
previsible y edulcorado. Seamos francos, con un título así, esperamos una
historia mucho más “heavy”, quizás no más sangrienta, pero sí más carnívora.
Lo más probable es que el
espectador quede indiferente, aún sabiendo que formalmente es una película de
calidad. El protagonista ni asusta ni sensibiliza. Y no hay nada peor a que el
público deje de desarrollar cualquier clase de empatía.
Te gustará si:
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Te gustan las películas pausadas.
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Tienes interés por ver una película desarrollada
en Granada. Es de valorar que aparezcan otras localizaciones españolas en el
cine más allá de Madrid y Barcelona.