“Hace falta películas que comuniquen emociones universales”.
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Cesc Gay y Tomàs Aragay, en los Premios Feroz 2016. Fuente: Laprovincia.es |
La nueva película de Cesc Gay es
una apuesta por la naturalidad y la amistad incondicional. Algo arriesgado con
los tiempos que corren. Algo arriesgado cuando el contexto está cargado de una
dinamita emocional como siempre lo supone la temática del cáncer. Tomàs Aragay
firma, junto con Gay, el guion de esta obra protagonizada por Ricardo Darín y
Javier Cámara. Charlamos con él para que nos cuente el secreto de tanta
sencillez narrativa.
QUÉ CUENTA: Tomás (Cámara) se reencuentra con su viejo amigo Julián (Darín) después de mucho tiempo sin verse. Pero su estancia de cuatro días no será fácil, pues Julián padece cáncer y todo indica a que ésta sea la última vez que se vean.
De tabús y despedidas
La muerte es un tema muy
recurrente en cualquier representación artística que se preste. Aun así la
sociedad en su cotidianeidad no siempre está completamente abierta a hablar de
ello. Si a ello le sumamos la enfermedad o el cáncer, obtenemos resultado
perfecto de temas a ocultar bajo la alfombra. Bien porque nos toca de cerca – y
duele – o bien por temor a lo desconocido.
El guion de Gay y Aragay se mete
de lleno en una experiencia imaginada, pero realista: "Truman venía de una experiencia personal de Cesc: el acompañamiento
de la enfermedad. Y empezamos a buscar qué historia podía salir de esa idea sin
ser especialmente autobiográficos. Nunca lo hemos sido”, afirma Tomàs.
Pero la película transmite otro
mensaje más allá del sufrimiento y la enfermedad. “Yo creo que la película
habla más sobre lo difícil que es gestionar el hecho de acercarse al abismo. El
hecho de irte. Eso es complicado de asumir. Hace falta películas que hablen de
cosas que importan a la gente, que comuniquen bien emociones más o menos
universales. Obviamente la muerte es muy universal, pero no somos los primeros
ni los últimos en hablar de ella”.
"Empezamos a buscar qué historia podíamos crear sin ser especialmente autobiográficos. Nunca lo hemos sido".
Entre amigos
Ambos guionistas llevan tiempo
trabajando juntos. Les une una notable trayectoria cinematográfica, pero sobre
todo una amistad como la que se muestra en pantalla a través de Darín y Cámara.
“Antes de compañeros de oficio fuimos amigos. Yo estudié teatro y Cesc estudió
cine. En un momento determinado vivíamos juntos y Cesc recibió el encargo de
adaptar Krámpack (2000), que era una obra de teatro. Pensó que yo le podía
ayudar porque sabía de teatro y empezamos a trabajar. Nos entendimos bien y a
partir de ahí no hemos parado”. Además de Krámpack,
juntos han firmado el guion de En la
ciudad (2003), Ficción (2006) y Una pistola en cada mano (2012).
Cuando le preguntamos a Tomàs
sobre la particularidad de escribir a cuatro manos, asegura que a su modo de
ver es mejor. “Yo creo que es bueno porque se produce un diálogo que es mucho
más fluido que pensar solo. Si subes una montaña solo es más difícil que si vas
con otra persona que puede marcarte el camino, te da la mano, te dice que pares
y descanses un rato. Sirve para reírte y mirar todo con distancia”.
"Si subes una montaña solo es más difícil que si vas con otra persona que puede marcarte el camino, te da la mano, te dice que pares y descanses un rato".
La creación de personajes
Julián y Tomás, los protagonistas
de la historia, también debieron ser uña y carne en su momento. Ahora solo
queda cariño en una relación mermada por la distancia y una mala noticia. Ambos
personajes son ahora totalmente distintos entre sí. Al menos en el momento en
el que los conocemos. Julián es impulsivo y algo impredecible. Tomás es
bondadoso y parece dejarse llevar ante las acciones de Julián. Las características
de los dos personajes llaman la atención.
“No puedo explicar cómo es la
psicología de Julián, porque no me interesa mucho. Los personajes van
apareciendo en relación al conflicto principal y se definen sobre todo por sus
acciones. Yo creo que los personajes existen en relación al resto de
personajes. Se trata de construir una especie de crisol en el que se
retroalimenten unos a otros”.
Quizás sea esa la clave por la que
todo en la película asemeje tan natural y sencillo. El espectador es invitado a
pasar unos días con Julián… y lo que viene después deriva del orden lógico de
las cosas. “En la vida real nuestras maneras de explicar las cosas no se basan
en la sorpresa o en la expectativa. Cesc y yo nos detenemos más en hacer que el
espectador se adentre en la psicología y en la manera de ser del personaje y de
enfrentar un conflicto que es evidente”, afirma el co-guionista. “La película está explicada desde el punto de
vista de Tomás. Es la persona que está en medio del conflicto. Entiende las dos
posturas reflejadas y por eso mucha gente puede opinar que la amistad prioriza
en su actitud y en sus acciones. No intenta frenar a su amigo, sino más bien lo
contrario: le acompaña, que ya es mucho, y le ayuda”.
"Cesc y yo nos detenemos más en hacer que el espectador se adentre en la psicología y en la manera de enfrentar un conflicto que es evidente".
¿Un drama total?
No todo es doloroso en esta
historia de despedidas, al igual que la vida no solo es de color blanca o negra.
El espectador ha de estar dispuesto a llorar o reír dependiendo del momento, y
ahí es posiblemente, donde resida la magia de Truman. “Nosotros siempre tendemos a trabajar desde un cierto tono
de comedia, que no de comedia de género. Es bastante inevitable por cómo
somos”. A veces una sonrisa a tiempo es la mejor puerta para la lágrima suelta.
“Por otro lado, dado el tema al
que nos enfrentamos creíamos que era interesante compensar con situaciones más
bien cómicas. Algunas acciones son cómicas porque no es muy usual verlas. Por
eso el perro o la escena de la funeraria funcionan bien. En sí mismas son
situaciones que tienen un sustrato de comedia. Después, dentro de esa situación
es mucho más fácil ponerse serio. Había que compensar para no hacer un dramón,
que además no nos apetecía nada”.
Sin embargo no todo depende de la
estructura y la predisposición de elementos narrativos en el guion. “Una
película es un compendio de cosas. No hay nada más falso que el cine. Así que
la naturalidad es quizás el resultado final de un trabajo que parte del guión
pero que, en este caso, tiene mucho que ver con los actores escogidos, la
dirección de actores por parte de Cesc, etc”.
"La naturalidad es quizás el resultado final de un trabajo que parte del guión pero que, en este caso, tiene mucho que ver con los actores escogidos".
Un premio para dos
Truman destacó en la pasada edición del Festival de San Sebastián
porque sus dos actores protagonistas ganaron el Premio ex aequo a la Mejor
Interpretación, mientras que Javier Cámara está nominado al Goya a Mejor Actor
Secundario. ¿No teníamos claro que en la película había dos protagonistas?
“Sí, el doble premio me parece más
orgánico y equilibrado en relación a la película. Esto de los premios tiene
mucho que ver con las categorías que hay y las posibilidades de que cada uno
gane, más que con el trabajo realizado a la par. Uno sin el otro no podría
haber construido nada”.
La amistad va más allá de
historias, pantallas e incluso vidas.
Te gustará si…
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Piensas que una historia no necesita ser
enrevesada para ser buena.
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Piensas que un buen espectáculo debe hacer reír,
llorar, pero sobre todo sentir.
Imágenes de Imposible Films.
Agradecimientos a Imposible Films y Vasaver