La factoría del ratón vuelve a la
carga apostando por la senda más “Pixar” que une la diversión de los más
pequeños y la de los mayores por igual. Desde el estreno de Enredados en 2010 (N. Greno, B. Howard),
podemos afirmar que Disney disfruta de una etapa de títulos acertados que solo
parece ir a más.
QUÉ CUENTA: Judy Hopps es la primera conejita en llegar al cuerpo de policía de Zootrópolis. Contra todo pronóstico, está deseando demostrar que todos los animales tienen las mismas oportunidades y que un conejo puede ser tan duro como un león. Pero su primer caso de varios mamíferos desaparecidos complicará su voluntad y le hará trabajar mano a mano con Nick Wilde, un zorro estafador.
Hay 5 motivos esenciales por los
que más te vale acompañar a tu hijo, sobrino o vecino pequeño al cine,
partiendo de la base de que lo pasarás tan bien como ellos.
1. Por sus personajes
Judy y Nick, la conejita y el
zorro protagonistas, hacen un buen equipo humorístico teniendo en cuenta sus
características tan diferentes como mamífero y depredador. La película ya
merece la pena por la química y el carácter entre ambos, pero no contentos con
ello, la película nos presenta todo un zoológico de personajes secundarios de una riqueza
envidiable. A cada cual más gracioso. Yo me quedo con los perezosos y su
“momentazo” en el Departamento de Vehículos de Mamíferos.
2. Por su humor
Zootrópolis es divertida a rabiar, aunque de mitad de la narración
hacia el final rebaje consistentemente el nivel cómico. La historia es un
thriller digno de CSI combinado con la vida antropomórfica de los animales en
una civilización creada por ellos. Es un paso más a los animales parlanchines
que las películas de dibujos animados acostumbran a recurrir. Es el reflejo
puro y duro de cada estamento de la sociedad humana en el reino salvaje. Y eso
Disney ha sabido llevarlo a cabo con soltura y muchas carcajadas. Zootrópolis 1, El viaje de Arlo 0.
3. Por su calidad técnica
Cada animal en el film es un
peluche al que dan ganas de achuchar. Esta ternura que desprenden conejos,
ratitas y ovejas se debe a la gran labor artística realizada desde el
departamento de ilustración y efectos especiales. Y no hay que referirse
únicamente a los pelajes y hocicos exhibidos, sino también a los gestos de cada
personaje, gracias a los cuales les otorgan una expresividad especial.
4. Por el mensaje que transmite
La historia sorprende porque es
una lección ejemplar para los niños… y también para los adultos. Judy denota un
carácter ágil y positivista en defensa de las mismas oportunidades para todo el
mundo: feminismo y orgullo se dan de la mano en ella. Algunos personajes son
homosexuales, otros son de clase baja, y todos ellos son capaces de convivir en
su cosmos civil. Pero no es hasta el tercer acto cuando realmente nos damos
cuenta de que Zootrópolis es una verdadera simbiosis de Occidente: el racismo y
la generalización también corrompe las mentalidades de quien no ve más allá de
unos afilados dientes.
5. Por sus referencias culturales
Tanto Pixar como Disney tienen
claro quién lleva a los niños a las salas. Por ello ambas factorías – en muchas
ocasiones juntas – se convencen en ofrecerle al adulto motivos suficientes por
los que disfrutar de sus historias. En esta película Disney opta por descaradas e hilarantes referencias a iconos como Shakira, El
padrino (F. Ford Coppola, 1972) o incluso Breaking bad (V. Gilligan, 2008). Además, la industria de los
sueños también sabe auto-parodiarse y disculparse por el cansino fenómeno Frozen (C. Buck, J. Lee, 2013).
Te gustará si…
-
Crees que ya no pueden sorprenderte las
películas de animales.
-
Te gusta el entretenimiento con un poderoso
mensaje detrás.