Ben Stiller y Naomi Watts sufren
la crisis de los 40 en la nueva comedia del director de Frances Ha (Noah Baumbach, 2012). Pero no se trata de una crisis
cualquiera. Es una débil comparación con la tribu urbana conocida como “hipster”,
los jóvenes de hoy en día, sus inquietudes y metas. ¿Es un reflejo acertado de
las nuevas generaciones?
QUÉ CUENTA: Josh (Stiller) y Cornelia (Watts) conocen a Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una joven pareja que les hace salir de los planes a los que estaban acostumbrados. Ya nada es lo mismo para ellos. Los amigos de su misma edad llegan a aburrirles y tan sólo quieren estar a la altura de los jóvenes. ¿Serán capaces de lograrlo?
Cuentan las malas lenguas que es
de las mejores películas de Woody Allen. Cierto es que la filosofía
existencialista de su mensaje bebe mucho del genio de Manhattan. Incluso se me
ocurren varias películas de su filmografía en las que la diferencia de edad
cobra el mayor protagonismo, como ocurre en su vida privada. Pero Mientras seamos jóvenes dista en su
formato al situar la acción en un momento cronológico muy exacto: la moda
“hipster” – lo vintage, bohemio y
ecológico – cobra protagonismo de la mano de la pareja joven que admira y
parece querer distanciarse de los mayores al mismo tiempo.
Los personajes principales se
mueven entre la bipolaridad de la novedad, la envidia y el cansancio, buscando su sitio en una
suerte de comicidad a veces rebuscada y a veces bien resuelta, gracias en parte
a unos diálogos bastante empáticos. Todos los actores aprueban sin entusiasmo,
y el espectador recordará una o dos escenas remarcables después de dos meses
desde el visionado. Como siempre, la grande Watts (no me cansaré de decir que
en este blog se viene a amarla) se lleva la medalla de oro con su escena en la
clase de hip hop.
Mientras tanto, Stiller y Driver
cansan con papeles en los que ya hemos visto previamente. El guión no siempre
está de su lado, pues una trama despreocupada acaba pasando factura. Lo que sí
consigue esta comedia es identificar las idas y venidas propias de los
“viejóvenes”, como los llamarían los muchachos de Joaquín Reyes: aquellos que
no son ni demasiado jóvenes para salir de fiesta todos los fines de semana ni
lo demasiado viejos como para enclaustrarse en una vida tranquila. Al final
dará la sensación de que ni siquiera el propio director parece aclararse con su
discurso y dejará que recordemos libremente que la edad es un número, y no una
sensación.
Te gustará si…
-
Sigues haciendo planes “por los viejos tiempos”.
-
Aún no has visto una caricatura de la moda hipster.
-
Buscas una comedia para pasar el rato pero no te gusta
terminar con la cabeza hueca.
No puedo despedir la entrada sin mencionar la web de la película, la cual permite a los usuarios optar por salir a socializarse o un plan de "tranquis".