Paco León se independiza. Abandona
a su madre, Carmina, para explorar los terrenos más atípicos, aunque reales,
del sexo y el comportamiento humano. Todo ello sin perder la carcajada a la que
nos ha llegado a acostumbrar y rompiendo algún que otro mito sobre la
monogamia.
QUÉ CUENTA: Una chica se excita cuando es atracada. Un hombre aprovecha para darse placer cuando su esposa duerme. Una pareja acude a terapia por estancamiento sexual. Una mujer lleva dos años intentando quedarse embarazada. Otra chica sorda busca alguien que entienda sus manías.
Cuando creías que lo habías visto
todo llega Paco León y te presenta las filias sexuales más extrañas y algunas
más comunes que marcan nuestro día a día. Porque en el sexo, como en todo, para
gustos los colores. Aquí tienes 3 claves por las que debes ver (y echar un) Kiki.
1. Porque es
una de las comedias del año
¿Está todo el mundo preparado para
afrontar las rarezas? Desinhibida de todo prejuicio, sus historias hablan de
personajes paradójicamente del todo cohibidos por su condición. Es hilarante
observar cómo cada personalidad se va desarrollando y poniendo en juego a las
personas que más quieren por sus verdaderas pasiones, todo ello en un continuo
vaivén de sorprendentes situaciones cómicas. Si bien las tramas podrían
considerarse capítulos individuales de una serie de televisión, el joven
director las maneja con soberbia narrativa, diálogos, montaje y pequeñas pero
descacharrantes subtramas. Paco León perfecciona el género cómico que ya venía
practicando con sobresaliente en Carmina y amén (2014).
2. Por su
elenco de nuevos talentos
Si quieres estar a la última en
cuanto a actores revelación no dejes de ver Kiki.
Junto a veteranos como Candela Peña o Luis Bermejo, descubrirás nuevos talentos
y algunos ya conocidos con Goya incluido. Es el caso de Natalia de Molina,
ganadora de este premio a Mejor Actriz por Techo
y comida (J. M. Del Castillo, 2015) y el de Actriz de Reparto en 2013 por Vivir es fácil con los ojos cerrados (D.
Trueba). Echando un memorable “kiki” descubrimos su vis cómica junto a Álex
García, visto en La novia (P. Ortiz,
2015).
Por su parte, la incombustible
Alexandra Jiménez lleva desde hace tiempo la comedia en la sangre y sigue
compaginando televisión con cine, pese a estar fuertemente centrada en la gran
pantalla los últimos años. Le acompañan en su moderna búsqueda del amor Javier
Rey, visto en Velvet (R. Campos, G.
R. Neira, 2013) y un imprescindible en la filmografía de Roberto Pérez de
Toledo, el “mirada-Mediterráneo” David Mora. Les siguen la actriz y cineasta
Ana Katz y Belén Cuesta, últimamente muy reconocible por Buscando el norte (N.
G. Velilla, 2016), David S. Olivas) y Ocho apellidos catalanes (E.
Martínez-Lázaro, 2015).
3. Por su
temática transgresora ("El cine español son tetas")
Esta podría ser la posible
confirmación de que en el cine español triunfan los desnudos, pero lo cierto es
que Kiki se las “apaña” muy bien sin apenas enseñar cacho. O por lo menos el
justo. Pero lo realmente novedoso es el tratamiento de una temática tabú, por
increíble que aún lo parezca, en muchos ambientes. Kiki otorga voz a toda clase
de sexualidad sin poner una historia por encima de la otra en un orden de relevancia.
Todos somos humanos y a la vez únicos entre nosotros, pues cada uno disfrutamos
del sexo de una forma diferente.
La explicación por la que después
de ver esta película tienes la líbido más alta que los Alpes se escapa de los conocimientos de este redactor.
Te gustará si…
- - Te gustó el humor de las películas de Carmina.
- - Te gustan las películas de capítulos
entrelazados.