No es la primera vez que Johnny
Depp trabaja a las órdenes del director David Koepp, pues compartieron producción
en 2004 con La ventana secreta, una de las escasas incursiones del actor en el
terror y la intriga. Repiten esta vez con una comedia de ladrones y obras de
arte, basada en la obra literaria de Kyril Bonfiglioli.
QUÉ CUENTA: Charlie Mortdecai (Depp) es un comerciante de arte en bancarrota. Sin saber cómo, se ve inmerso en la investigación de un cuadro de Goya robado, que es llevada a cabo por el inspector Martland (Ewan McGregor). Sin embargo Mortdecai y su esposa (Gwyneth Paltrow) conservan intereses propios en la posibilidad de apoderarse del cuadro.
La película dispone de los mejores
materiales para crear una pieza de museo de distintos matices y colores y en
cambio, como sucede en numerosas películas que apuestan por una gran
concentración de actores de renombre, todo queda en una naturaleza muerta torpemente
ejecutada. La trama no resulta interesante, ni mucho menos emocionante con su
acción y gags surrealistas plagiados del mejor Wes Anderson. Pero ni aún
copiando del artista de al lado logra salir victoriosa este fútil intento de
entretenimiento light que confía al
cien por cien en un Johnny Depp malacostumbrado a los aplausos con su única
presencia en escena.
No es la primera vez que Depp
defrauda con su papel y no por ello dejaremos de amar a nuestro Jack Sparrow,
pero a raíz de Mortdecai surgen varias cuestiones sobre la capacidad de
reinvención del actor. Así como me pregunto, considerando a McGregor y Paltrow,
acerca de los factores que éstos tienen en cuenta a la hora de aceptar un
papel. Estas divagaciones son fruto de unos personajes vacíos a la par que
convencionales, que empequeñecen las potentes capacidades de estas fieras de la
interpretación. Paul Bettany marca la diferencia con el papel más cómico de la
historia, aunque su presencia se limite a unos cuantos golpes de humor
terriblemente mascados.
Cuando una comedia deja de aportar
sonrisas al espectador para provocar miraditas al reloj es que la cosa va mal,
muy mal. Y esto debería haber sido anticipado desde la creación que peca de
insubstancial, cuyo único acierto es la oda al bigote del protagonista en un
contexto crítico para el modernismo vintage.
Mortdecai es, en definitiva, un personaje desubicado temporalmente. Un galán
del arte en un tiempo demasiado moderno para él, factores que podrían haber
propiciado mayores dosis de comicidad.
Te gustará si…
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Te gustan las clásicas películas de robos y atracos,
aunque ésta tenga mucho que aprender de ellas.
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Eres un/a incondicional de Johnny Depp.
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No te importa ver una película “pasajera”. No la
recordarás dentro de un año.
Imágenes de Mortdecai