martes, 26 de mayo de 2015

A cambio de nada

El actor Daniel Guzmán, conocido por aparecer en series de televisión como Aquí no hay quien viva (I. Ariztimuño, A. Caballero, 2003), ha tardado en estrenar su primer largometraje como director. Pero en cuanto lo ha hecho, se ha llevado a todo el público por delante. El primero, el jurado del Festival de Málaga, el cual otorgó la cinta con la Biznaga de Oro.

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QUÉ CUENTA: Darío (Miguel Herrán) no es buen estudiante. Además, la situación en su casa y la relación entre sus padres le hace tomar la decisión de escapar del hogar. Muchos amigos, algunos viejos y otros nuevos, le ayudarán a salir adelante. Sin embargo, él también tratará de ayudar a sus amigos, y eso le traerá más problemas.

Las calles y su hostilidad son los principales protagonistas de esta obra en la que Daniel Guzmán vuelve a retratar perfiles similares a los que nos mostró en su cortometraje de 2003, Sueños. Coincide en ambos trabajos la figura de una amistad incondicional y falta de lógica, una amistad infantil en la que la falta de motivos por los que existir ya es un motivo en sí. En A cambio de nada, esta relación se produce en los cuerpos adolescentes de dos chicos en su peor edad del pavo, encandilados por las chicas y la velocidad de una motocicleta y ahuyentados de las responsabilidades adultas que se le vienen encima.

La historia es también reflejo de la sociedad actual, corrompida por varias crisis: económica, social y educativa, aunque quizás ésta última tenga alguna vinculación con las dos primeras. Todo ello visto desde el punto de vista de un joven (Herrán) atrapado en la incomodidad de su propia casa y en la aceptación de decisiones arriesgadas (por momentos inverosímiles) para la supervivencia. En la película abunda el drama pero recoge pequeñas semillas cómicas cosechadas por la química entre ambos protagonistas – Herrán y Antonio Bachiller- o por incorporaciones como las de Antonia Guzmán (abuela real del director) o Felipe García Vélez.

Con todo, se agradece el aire fresco que Guzmán otorga a su obra, sumida en la actualidad de un Estado que vuelve la espalda a los más desfavorecidos. Pero no consigue llamar más la atención por no proponer nada más novedoso más allá de alguna fórmula simpática y un final coherente con su comienzo. Es, en fin, la versión edulcorada, virgen y actualizada de Historias del Kronen (M. Armendáriz, 1995), pero plantea la necesidad de una película descriptiva de las clases medio-bajas cada cierto tiempo en nuestro país.

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Aunque formalmente la película sea sencilla, tiene de trasfondo bastante juego psicológico y emocional, y por ello debemos aplaudir la conjunción y plasmación de elementos como la soledad, la incomprensión y en definitiva, la amistad en su esencia más bella. Daniel, te seguiremos de cerca.

Te gustará si…

-          Disfrutas con todos los papeles de Luis Tosar, incluso con sus más pequeños.
-          Has cantado alguna vez “Me va, me va”, de Julio Iglesias… (¡Y lo sabes!)
-          Sigues de cerca los nuevos talentos españoles.

Imágenes de A cambio de nada