El segundo largometraje de Carlos
Vermut ha arrasado en la última edición del Festival de San Sebastián
llevándose la Concha
de Oro a la mejor película y director. Y aún así, su distribución y exhibición
ha pasado bastante desapercibida en la última Fiesta del Cine, algo muy propio
del cine de autor. ¿Qué ha visto la crítica en esta película de extrema
sobriedad y tramas enlazadas?
QUÉ CUENTA: Alicia es una niña enferma de leucemia que sueña con tener el vestido de la serie de manga “Magical Girl Yukiko”. Su padre (Luis Bermejo) está dispuesto a cumplir con su deseo, aunque para ello tenga que chantajear a Bárbara (Bárbara Lennie), una joven de oscura mentalidad que mantiene una actitud un tanto sumisa hacia su marido.
La película se caracteriza por un
ambiente neutro, de imágenes claras y limpias, y una ausencia de banda sonora
excepto en momentos puntuales. La trama, por su parte, se desarrolla en
ocasiones a marchas forzadas. Los tres personajes principales, protagonistas
cada uno de su capítulo, forjan su destino con sus propios actos y decisiones.
Momentos en los que se pone de manifiesto los límites de la razón y la moral,
los cuales, les unen entre sí hasta formar un puzzle simbólico donde la última
pieza causa un efecto paradójicamente destructivo. Es por ello, quizás, que la cinta de Vermut haya sido tan bien valorada. Porque su guión sigue
paso a paso la ley de la causa-efecto, aunque a veces parezca demasiado
rebuscada. Aquello de que el vuelo de una mariposa puede generar un terremoto
en la otra punta del mundo se convierte aquí en el deseo de una inocente niña
haciendo tambalear, sin apenas imaginarlo, la personalidad de cada individuo.
Pero no nos engañemos, la
película, pese a su extraña simbiosis entre complejidad y simpleza, guarda
muchos otros puntos a favor. Para comenzar, su reparto, liderado por una
Bárbara Lennie misteriosa, recreando el que podría ser uno de los mejores
personajes del cine español de este año. Por otro lado José Sacristán cierra el
círculo de la trama con su propia elegancia y una mentalidad poco común en una
figura como la de su personaje. Y por último, la elipsis. El uso de la
imaginación por parte del espectador a la hora de rellenar huecos. Quizás sea
el recurso más antiguo de la historia del cine y aquí Vermut lo utiliza con una
maestría envidiable, haciéndonos acumular auténtica tensión por culpa de lo que
no vemos.
Magical girl es una obra en cambio constante. La recibes en tu
cerebro sin llegar a asimilar qué has visto. Pero como con las mejores
películas, y como el buen vino, hay que dejarla reposar para llegar a saborear
todo el conjunto.
Te gustará si…
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Te gusta el simbolismo en las películas.
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Te gustan los dramas impactantes.
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Te gustan las historias cruzadas.