lunes, 3 de noviembre de 2014

Filth, el sucio

Ya sabíamos que James McAvoy es un chico polifacético. Desde aquél 2005 en el que comenzó a ser popularmente reconocido por su papel de Mr. Tumnus en Las crónicas de Narnia: El león, la bruja y el armario (A. Adamson) no ha parado de conquistar la cartelera, pero en la mayoría de las ocasiones como actor secundario o coprotagonista. Filth es una comedia negra que nos demuestra, como poco antes se había hecho, que tenemos ante nosotros a un actor de inmensos registros.


QUÉ CUENTA: Bruce Robertson es un detective sin escrúpulos. Pretende ganar un ascenso aunque para ello tenga que engañar a sus compañeros de trabajo, quienes, bajo su punto de vista, no son meritorios del puesto. El proceso de selección se alarga debido a un asesinato que él debe investigar, pero la influencia de las drogas, la adicción al sexo y su comportamiento pueden hacer peligrar sus planes.

Con un tono gamberro y, como su propio título indica, sucio, pero sin llegar a la chabacanería de Torrente, la cinta arranca con positivismo y una banda sonora de “oldies” que se repetirá durante toda la película hasta los graciosos créditos finales. Filth es la prima-hermana de Trainspotting (D. Boyle, 1996), ambas basadas en las obras del mismo autor, Irvine Welsh, y ambas con la misma aspiración a convertirse en referentes de la cultura pop.


Lo mejor, sin duda, es el personaje interpretado por McAvoy: deslenguado, misógino y adicto a más cosas de las que debiera, pero sin embargo, el amigo que todo el mundo quiere tener. Como el chico popular de la clase que en realidad nunca trama nada bueno… para los demás. McAvoy borda el papel con una fluidez sorprendente. Es capaz de decir la frase con más aberraciones del mundo en menos de dos segundos y a la vez, transmitir al público cierta compasión relacionada con su pasado. Por su parte, el resto del reparto, comenzando por Jamie Bell- eterno Billy Elliot (S. Daldry, 2000)- y pasando por Jim Broadbent – eterno padre de Bridget Jones (S. Maguire, 2001) y presente en todas las producciones británicas que se precien- aportan comicidad asegurada a la historia.

Quizás no llegue a la altura de Trainspotting, pero el intento merece la pena. Con esta película queda una vez más representado ese humor negro que tanto gusta en Gran Bretaña, un género que parecen dominar los británicos por encima de muchos otros.

Te gustará si…
-          Te gustó Trainspotting o Submarine (R. Ayoade, 2010)
-          Eres fan del humor inglés.
-          Piensas que James McAvoy tiene un porvenir brillante.

Imágenes de Filth