miércoles, 12 de noviembre de 2014

Dos días, una noche

Los hermanos Dardenne (cineastas belgas muy queridos en el Festival de Cannes) llevan a cabo este drama social con un ritmo lento pero sin pausa. Con Marion Cotillard como protagonista de la cinta, el éxito ya es prácticamente asegurado. Sin embargo, no sólo brilla la actuación de la francesa, sino también un guión firme con lección moralizante y mucha voluntad de denuncia actual.



QUÉ CUENTA: Sandra, recién salida de una depresión, tiene un fin de semana para convencer a sus compañeros de trabajo que elijan rechazar su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su puesto en la empresa.
La historia de apariciones consecuentes de actores secundarios bebe mucho en cuanto a estructura de la película de Sydney Lumet 12 hombres sin piedad (1957). La trama es planteada desde el comienzo y se desarrolla tal cual se espera, sin apenas giros narrativos hasta su desenlace. Sin embargo, esa es la intención de los hermanos directores, aunque en ocasiones utilicen planos que podrían ser abreviados u omitidos. Con ello muestran la cotidianeidad de un obrero de clase media en mitad de esta crisis económica que no parece querer terminar hasta ver bajados todos los pantalones de la sociedad. El personaje de Sandra es un muro de arena y el espectador teme que se derrumbe en cualquier momento. Las circunstancias a las que se ve sometida podrían no parecer lo suficientemente dramáticas en una Europa de más de 24.000 millones de desempleados actuales, y sin embargo, ese es su punto más fuerte para que el espectador sienta verdadera empatía por Cotillard.

Una empatía jugada con inteligencia, que quebrará nuestros esquemas conforme sucede el desenlace. Quizás ese sea el mayor logro de los cineastas. Ése y el fiel reflejo de una sociedad castigada, atemorizada por las altas esferas y con importantes dudas acerca de la importancia de lo que es justo y lo que es necesario.


Marion Cotillard, como ya no es novedad, defiende su papel como la profesional que es. Es una actriz que ofrece en pantalla todo lo que tiene, que se compromete con la Europa de donde proviene y que no es ajena a lo que a millones de familias les está pasando. Junto con la historia de los Dardenne, completa una película sobria en principios, pero con las ideas muy claras. El espectador saldrá de la sala con una buena lección de ciudadanía aprendida.

Te gustará si…
-          No te desesperan las películas de (aparentes) pocas emociones.
-          Disfrutas siempre que Marion Cotillard sale en pantalla.
-          Te interesan las películas inevitablemente tematizadas en la situación económica actual.

Imágenes de Cinedor