Siguiendo con la recta final para la Navidad esta semana se
ha estrenado en nuestro país la opera prima de la directora Rebecca Thomas, un drama
adolescente norteamericano e independiente, de fuertes contrastes religiosos.
Una nueva forma de entender la Inmaculada Concepción.
QUÉ CUENTA: Rachel (Julia Garner) pertenece a una estricta familia mormónica fundamentalista. Vive y viste de forma humilde, sin grandes lujos y alejada del mundo capitalista norteamericano. Después de encontrar una cinta de casete de música rock descubre que está embarazada. Antes de que sus padres le hagan pasar por un matrimonio concertado, se escapa a Las Vegas para buscar al hombre que canta en la cinta.
Lo que hace atractivo un guión es
la formación de un personaje, dotado de unas determinadas cualidades, para nada aptas a la hora para afrontar el problema que se le presenta. La transformación. El
viaje hasta el cambio es lo que motiva a que el espectador siga enganchado a la
pantalla. Esta película lo consigue mediante el viaje de los dos protagonistas,
Rachel y su hermano, el señor Will, a un lugar y una vida para la que no han
sido educados.
Nada mal para ser un comienzo. La
directora acierta con una propuesta eficaz, innovadora y cautivadora gracias,
en parte, a la más que positiva actuación de Julia Garner, una belleza infantil
que parece tener prisa en crecer (la veremos como stripper en la secuela Sin City: una dama por la que matar, R.
Rodríguez y F. Miller, 2014), . Su presencia es un soplo de aire fresco y a la
vez, comedido, de esas dulzuras que te dan ganas de invitarle a merendar. El
papel de su madre lo lleva a cabo Cynthia Watros, vista en la serie de
televisión Perdidos (J.J. Abrams, D.
Lindelof, 2004).
La obra de Thomas es carne para
festivales. Deja imágenes para la posterioridad, sobre todo aquellas vinculadas
con la mezcla de tradición mormónica y cultura pop. Y alguna que otra
reflexión. ¿Por qué hoy en día no podríamos creer en aquellos mitos con los que
siempre nos han educado? ¿En qué momento perdemos por completo la inocencia?
¿Por qué un giro narrativo artificial no puede garantizar una buena película?
Eso sí, su sencillez es un arma de
doble filo. Con Electrick Children,
el espectador quedará con una satisfacción que no llega a culminar debido a la
búsqueda de una trama algo más
enrevesada. Con todo, esperamos con ansía lo próximo de esta directora cuya
imaginación parece calzarle como un guante al ámbito independiente.
Te gustará si…
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Reconoces las buenas interpretaciones.
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Estás al tanto del cine indie y de culto.
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Te apetece una historia sana, original, desintoxicada
de adaptaciones y prejuicios.
Imágenes de Electrick Children