James Marsh, el director de Man on
wire (2008), la cual se llevó el Oscar al Mejor Documental, ve cómo su nuevo drama, basado en el libro de
la ex esposa de Stephen Hawking, vuelve a tener posibilidades en la próxima
gala de la estatuilla. Además del premio a Mejor Película, sus actores
principales también podrían optar al hombrecillo dorado. No los pierdan de
vista.
QUÉ CUENTA: Hacia el infinito es el libro que Jane Hawking, esposa de Stephen Hawking durante 25 años, escribió para retratar su día a día conviviendo con su marido y su enfermedad. La película adapta sus memorias desde el momento en el que a Stephen (Eddie Remayne) le es detectada la enfermedad degenerativa hasta su divorcio.
Amor, dedicación y la eterna disputa entre ciencia y fe. En
el cuerpo de uno de los astrofísicos contemporáneos más extraordinarios se gestaba
lo que hoy conocemos como ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Desconocemos si
este hecho le hizo desconfiar aún más de las Sagradas Escrituras, pero desde
luego era capaz de llegar a comprender la física mucho mejor. Al contrario que
la anglicana mujer con la que estuvo casado gran parte de su vida y con la que
tuvo tres hijos, quien obedecía a su propia fe y le daba fuerzas para continuar
sosteniendo a la familia.
Es una historia compartida entre dos protagonistas, pero
predominada por la narración descriptiva de la vida familiar de un hombre
postrado en una silla de ruedas. El punto de vista de Jane Hawking (Felicity
Jones) es relevante durante toda la narración. Posiciona al espectador y es
presentada como un ser auténticamente bello: albergante de amor, paciencia y
positivismo. Pero cuando uno termina de ver La
teoría del todo tiene la sensación de haberse perdido algo, aparte de la
comprensión de las teorías científicas que se exponen en la película. Desconocemos
los hechos reales, pero teniendo en cuenta que éste, al fin y al cabo, no es
más que otro producto con el que entretener a los espectadores, se echa en
falta el golpe de efecto que provoque su triunfo total. Podría tratarse de una tv movie si no fuese por las escenas más
artísticas incrustadas que justifican un visionado cinematográfico.
De cualquiera de las maneras, la interpretación de Redmayne
y Jones es inmejorable. No dudemos que a ambos les esperan unas carreras
brillantes, pero es él quien brilla con luz propia en esta obra. Quien hiciese
de Marcus en Los miserables (T.
Hooper, 2012) nos deleita con sus muecas ortopédicas y una particular
entonación que denota la característica inteligencia y humor del astrofísico,
hasta el punto de asimilarlo como el Hawking real y bendecir las proyecciones
en versión original por parte del espectador. Felicity Jones, vista en La mujer invisible (R. Fiennes, 2013) o
la última entrega de The Amazing
Spider-Man (M. Webb, 2014), probablemente tiene la cara más dulce y
angelical de toda Inglaterra. Quizás por ello dé la sensación de que el
departamento de maquillaje tarda en echarle años y arrugas a una Jane
maltratada por su situación doméstica conforme pasan los años. Genial la
degradación moral de su personaje.
Con todo, tenemos ante nosotros un drama preciosista, rico
en detalles psicológicos y escaso en palabras, que hará las delicias de todo
amante de las biografías y que merece ser premiado por sus interpretaciones.
Una película que en definitiva, deja en segundo plano el aporte intelectual de
Stephen al mundo para dejar patente quién es su verdadero amor.
Te gustará si…
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Te gustó Una
mente maravillosa (R. Howard, 2001)
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No esperas una narración de la vida completa de Stephen
Hawking.
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Te gustan las historias de superación. Hawking es todo
un superviviente.
Imágenes de La teoría del todo